Se conoce como Muralismo al movimiento artístico de carácter indigenista surgido tras la Revolución Mexicana de
1910 de acuerdo con un programa destinado a socializar el arte, y que
rechaza la pintura tradicional de caballete, así como cualquier otra
obra procedente de los círculos intelectuales.
"Sueños de una tarde Dominal en la Alameda Central". Diego Rivera.
Desarrolla la producción de obras monumentales para y con el pueblo en donde es
retratada la realidad mexicana, las luchas sociales y otros aspectos de
su historia. El muralismo mexicano fue uno de los fenómenos más
decisivos de la plástica contemporánea iberoamericana
Sus Principal representantes fueron Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros. A partir de 1930 el movimiento se internacionalizó y se extendió a otros países de América.
Fuera de sus Principales representantes, el impulsor del muralismo fue José Vasconcelos, filósofo y primer
secretario de Educación Pública de México quién, tras la Revolución,
pidió a un grupo de artistas jóvenes revolucionarios que plasmaran en
los muros de la Escuela Nacional Preparatoria de la ciudad de México la imagen de la voluntad nacional.
"Hidalgo". José Clemente Orozco
Los artistas tenían total libertad para elegir los temas y mostrar un
mundo nuevo sobre las ruinas, la enfermedad y la crisis política surgida
tras la Revolución. Influidos por el rico pasado precolombino y
colonial, los muralistas desarrollaron un arte monumental y público, de
inspiración tradicional y popular, que ponía fin al academicismo
reinante, exaltando su cultura y origen precortesiano.
El muralismo se desarrolló e integró fundamentalmente en los edificios
públicos y en la arquitectura virreinal. Los muralistas se convirtieron
en cronistas de la historia mexicana y del sentimiento nacionalista,
desde la antigüedad hasta el momento actual. La figura humana y el color
se convierten en los verdaderos protagonistas de la pintura. En cuanto a
la técnica, redescubrieron el empleo del fresco y de la encáustica, y
utilizaron nuevos materiales y procedimientos que aseguraban larga vida a
las obras realizadas en el exterior.
"La Nueva Democracia". David Alfaro Siqueiros
Desde 1922 hasta nuestros días no se han dejado de hacer murales en
México, lo que prueba el éxito y la fuerza del movimiento. En la década
de 1930, la internacionalización del muralismo se extendió a Argentina,
Perú y Brasil, y fue adoptado incluso por Estados Unidos en algunos de
sus edificios públicos.
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